#Migrañas.
Cada año, aproximadamente tres veces más mujeres que hombres enloquecen de dolor con estas insoportables jaquecas. Para que lo comprendan quienes no las padecen: se siente como si el cráneo estuviera por partirse a la mitad durante muchas horas.
Un nuevo estudio de imágenes cerebrales —publicado en la revista Science - podría explicar la lamentable diferencia a favor nuestro: los cerebros femeninos que padecen migrañas parecen estar construidos de manera diferente que los de sus homólogos masculinos.
Para realizar el estudio, los investigadores dirigidos por el doctor David Borsook, neurólogo y neurobiólogo del Hospital Infantil de Boston y de la Harvard Medical School, reclutaron a 44 hombres y mujeres, la mitad de los cuales sufrían estas jaquecas habitualmente. En las mujeres, las migrañas eran tan intensas como en los varones, pero, por algún motivo, eran percibidas como mucho más dolorosas.
El doctor Borsook explicó con una analogía la diferencia: es como observar a alquien arañando una pizarra con sus uñas sin oírlo frente al tormento de, además, oír el sonido.
Posteriormente, el equipo escaneó los cerebros de los voluntarios. Los investigadores recogieron dos tipos de conjuntos de datos, uno que capturaron las formas y funciones del cerebro, y otro que mide la actividad cerebral.
En las féminas, la materia gris era más gruesa en dos regiones: una, la ínsula posterior, zona bien conocido como el área del procesamiento del dolor, y el otro, el precuneus, recientemente se ha relacionado con las migrañas, pero es más ampliamente conocido como un centro cerebral fundamental que puede ser la zona del cerebro que otorga a la persona sentido de sí mismo. Los otros voluntarios, incluyendo a los hombres que sufren de migrañas, no mostraron este engrosamiento.
Cuando la doctora Maleki, otro de los científicos que intervino en la investigación, comprobó las diferencias de género se dio cuenta de que en las mujeres la mayor parte de las estructuras que respondían más fuerte formaban parte de la red emocional. “En los hombres, el dolor llega, y el cerebro dice: ¡Ay! -explica Maleki-. En las mujeres, en cambio, el cerebro dice: ¡Ay, qué dolor, no lo soporto! En general, los resultados sugieren que no es sólo un área que subyace en las diferencias de género, sino en cómo afecta una red de áreas, un sistema que nos lleva al problema o progresión”.
Andrew Ahn, un neurocientífico de la Universidad de Florida College of Medicine en Gainesville, dice que son los hallazgos que hacen hincapié en el procesamiento emocional del dolor lo má curioso de esta investigación. “El dolor es una experiencia, un subproducto del procesamiento del cerebro de un estímulo sumado a la forma en que el cerebro interpreta que el estímulo”.
Andrew Ahn, un neurocientífico de la Universidad de Florida College of Medicine en Gainesville, dice que son los hallazgos que hacen hincapié en el procesamiento emocional del dolor lo má curioso de esta investigación. “El dolor es una experiencia, un subproducto del procesamiento del cerebro de un estímulo sumado a la forma en que el cerebro interpreta que el estímulo”.
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