►Brasil 2014: la dulce historia del hincha brasileño que conmovió al mundo

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Clovis Acosta Fernandes debe ser el hincha más tierno del mundo. El que, abrazado a una réplica del trofeo del Mundial, lloró porqueAlemania acabó con su Brasil de toda la vida y dejó una imagen que estremeció a todos. Pero este señor de bigotes entrañables no era un hincha cualquiera. Sino alguien que sigue a su selección desde hace siete mundiales, dándolo todo, a cambio de una ilusión.

Hace 44 años. Nacido en Porto Alegre, cuenta que su vida dio un giro cuando vio el Mundial de México 70, en el que Brasil logró su tercer título mundial. “Pude ver el Mundial del 70 y mi pasión empezó a crecer. Experimenté algo emocionante y me prometí a mí mismo que algún día estaría en una Copa Mundial”, contó a la FIFA, el año pasado.

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Fiel. Veinte años después, cumplió su sueño cuando viajó hasta Italia al ver el mundial de 1990. Y desde ahí no faltó a ninguna cita. Fue a Estados Unidos 94, Francia 98, Corea – Japón 02, Alemania 06 y Sudáfrica 10. Y obviamente no faltaría al que se organizó en su casa, en este 2014. Su fidelidad ha tenido recompensa porque ha visto campeonar dos veces al ‘Scratch’.

Entregado. Se gasta un montón de dinero con tal de acompañar al equipo. Es su manera de vivir. Es todo. Y eso explica la cara de tristeza que puso cuando acabó la paliza de Alemania. Lo que más le cuesta aceptar a Clovis es que después de haber visitado 66 países persiguiendo a su selección, justo en casa tenga que vivir una pesadilla.

La decepción. “He pasado toda la vida invitando a la gente a visitar Brasil, y ahora ha llegado el momento. Quiero llamar a todos los fans, ya que pueden ser el jugador número 12 y hacer una diferencia. Vamos a ser 12 jugadores sazonados, nos encanta la selección”, había comentado, emocionado, antes de comenzar el torneo.

Toda una historia. En su casa encuentras decenas de álbumes de fotos con los recuerdos más hermosos de sus presencias en los mundiales. Estadios, taxis, buses, calles, plazas, tribunas, bares, un italiano por acá, un estadounidense por allá. Contactó con medio mundo. Se perdió entre carteles en idioma francés o en el inexplicable coreano. Pero siempre sosteniendo su trofeo mundial, que es como un hijo.

Más torneos. Aparte de acudir a siete copas del mundo, el bigotón también se apareció en 6 Copas América, incluida la de Perú en 2004, 4 Copa Confederaciones y los Juegos Olímpicos de Londres (2012). Es corredor inmobiliario pero siempre hizo de todo por viajar. “He vendido el coche, motocicleta y no sé cuántas veces mi tarjeta pasó los límites”, recuerda.

Anécdotas, muchas. Si en Estados Unidos 94 y Brasil 2014 aparecía veraniego por el clima soleado, en Sudáfrica 2010 se le veía temblando de frío. Ahí las temperaturas eran bajo cero. Abrigadísimo, el calor solo lo podía encontrar viendo a su selección y abrazando su trofeo, como si fuera un peluche.

Lo más difícil. Su reto más difícil fue asistir a Corea y Japón. Antes de viajar, confiesa que se tuvo que preparar mucho sobre distancias, ciudades, y algo de idiomas. Era la primera vez que se organizaba un Mundial con dos países y con lenguas distintas. Igual, él, trotamundos, nunca temía perderse. Siempre fue un corazón vivo detrás del ‘Scratch’.

El ‘12’. Aunque usted no lo crea, Clovis es ‘el jugador’ con más partidos de la selección brasileña. Con el Brasil – Alemania, cumplió 151 encuentros con él de testigo. Y se compara con Cafú, el futbolista con más presencias en la ‘verdeamarela’: 142. “Yo ya jugué más con él”, dice. “Soy el jugador número doce”, recalca. Que un día aparezca en el álbum Panini no estaría mal.

Moda gaucha. Siempre luce un sombrero. También chaleco. Y carga su mate a donde vaya. No es capricho. Es su identidad. Porque así andan los ‘gauchos’ natos. Y así ha salido en fotos junto a Ronaldinho, Neymar, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, entre otros. Desde el momento en que las estrellas gustaban tomarse fotos con él, dejó de ser un hincha desesperado en busca de fama. Su natural popularidad lo ha hecho candidato a concejal en Brasil y también figura de una propaganda del gobierno regional. También tiene su Facebook con el nombre ‘Gaúchos na Copa’

Gesto. Cuando acabó el partido ante Alemania, y después de llorar, Clovis buscó a una alemana, le entregó su copa y le dijo: “Tómala hasta la final. Para mí no fue fácil, como has podido ver, pero te la mereces. Felicitaciones”. Supo ganar, pero también perder. Es la imagen de un abuelo dulce que ha perdido a alguien, cuando en realidad solo perdió la ilusión de ver campeona a su selección y en su país. Quedará en el recuerdo.

Por Jorge Andrés López
jlopez@depor.pe

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